Barrio: Salamanca Dirección: C/ Velazquez 80
Nuevo restaurante inaugurado a principios de año y considerado por Time Out como uno de los más bonitos de Madrid. Y, efectivamente, me encantó la decoración de color terracota y la luz íntima.
También hay cerámica muy bonita en las estanterías.
Cuando entras, te sientes como si estuvieras en un entorno mediterráneo.
La carta está muy bien hecha con 2 posibilidades, o bien entrante, plato principal y postre, estilo clásico o gastro tapas con la posibilidad de tomar X entrantes y compartirlos.
Éramos 4 y con ganas de probarlo todo, cogimos 5 entrantes para compartir y los postres.
Para empezar, deliciosas croquetas de carabinero con ajo negro y un "velo" de grasa ibérica.
Camarones envueltos en hojas de filo crujientes con una salsa de mango, el conjunto no era demasiado grasoso y los camarones permanecían bastante suaves.
Pequeñas tostadas de tartar de ternera cruda cortada a cuchillo sobre un bollo de brioche crujiente y suave en el centro.
Bocadillos de calamares" revisitados con bollos de leche, chipirones fritos para que queden crujientes y zumo de lima para la acidez y hojas de menta enteras para el frescor.
Prefiero esta versión a la receta original, que he de reconocer que nunca me ha entusiasmado porque la baguette que se utiliza suele ser industrial y no hay ninguna salsa que la una a los buñuelos de calamar, me parece todo muy seco y poco interesante pero es sólo mi opinión :)
Raviolis de gamba con puré de puerros ahumados y salicornia, me encantó este plato tan refinado y el pequeño toque de salicornia por encima, que le da un poco de salinidad al conjunto, fue genial.
Y para los postres, tomamos la tarta de limón revisitada, el tiramisú y las torrijas tipo brioche y todo fue un éxito lo cual es raro en los restaurantes españoles que no suelen saber hacer buenos postres.
El tiramisú era fundente con un buen sabor a café, la "tarta" de limón con pasta filo y Lemon Curd no era demasiado dulce y el brioche lleno de leche estaba sorprendentemente delicioso con su bola de helado de yogur casero.
El techo de corcho frena el ruido y permite salir del restaurante sin tener la cabeza como un caldero.
La única pega es la música, la lista de reproducción que escuchamos no está para nada a la altura del lugar que pediría una lista de reproducción de Radio Nova en lugar de variedad básica pero eso no impidió que pasáramos una excelente velada.
Recomiendo encarecidamente el restaurante Terracotta para una noche con amigos. También puedes tomar un aperitivo allí, sirven muy buenos cócteles :)
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